miércoles, 15 de febrero de 2012

Jornada "Bicentenario de la creación de la Bandera". Aportes para el enfoque de los proyectos a desarrollar


Aportes tomados del encuentro de directivos realizado en septiembre de 2011. Especialistas disertantes en aquella oportunidad: Silvia Gojman y Diana González

Al formular la pregunta "¿Cuándo comienza la Historia Argentina?", la respuesta es, en la mayoría de los casos, "El 25 de mayo de 1810". Hay nvestigaciones realizadas al respecto,, que concluyen que lo que un argentino medio sabe de Historia es lo que aprendió en la escuela. Incluso personas con un recorrido académico en la disciplina, al responder rápidamente responden desde ese “saber olvidado”, ese saber de sentido común.

¿Por qué sucede esto? Porque una hubo una operación cultural desde el Estado para construir la Nación.

Desde la segunda mitad del siglo XIX, con la gestación de los estados-nación

y la implantación de la enseñanza obligatoria, la Historia fue incorporada al curriculum con un claro objetivo: contribuir a la construcción de una identidad nacional. El proceso de construcción del Estado central unificado en la Argentina, comienza en 1862, luego de la batalla de Pavón. Recién a partir de esta fecha podemos afirmar que finalmente comenzó a existir lo que hoy llamamos “Estado argentino”. Sin embargo, no existía todavía una población que se identificara a sí misma claramente como “argentina”, es decir, no existía la nación argentina como tal.

Pero el Estado argentino necesitaba construir la nación argentina. Por eso, los dirigentes políticos de entonces se propusieron “crear” un pasado nacional, lo cual no suponía inventar hechos, sino relatar los acontecimientos de manera tal que fueran parte del pasado de una nación, que el sujeto colectivo “nación argentina” se transformara en una entidad atemporal, presente desde el pasado más remoto.

Este tipo de política cultural no fue exclusiva de nuestro país. Por el contrario, todos los nuevos estados nacionales que surgieron a partir de las crisis de las monarquías se dedicaron a favorecer la producción de libros de Historia y biografías de personas que de pronto se convirtieron en próceres; también estimularon la inauguración de museos y la enseñanza de la Historia nacional en las escuelas.

La obligatoriedad de la educación primaria fue una medida que contribuyó al proceso de construcción de una identidad nacional. En realidad, la escuela pública iba a cumplir un rol preponderante, fundacional, en la construcción de una identidad nacional que resultaba absolutamente prioritaria para consolidar la legitimidad del Estado central naciente.

Resultaba fundamental la creación de una conciencia nacional, de un sentido profundamente arraigado de pertenencia a una sociedad territorialmente delimitada que se identificara con un pasado común, con símbolos. Ello permitiría una internalización de sentimientos que llevarían a una adhesión natural al orden social, político y económico que se estaba construyendo.

Por lo tanto, la educación constituyó un vehículo privilegiado en el marco de la estrategia de penetración ideológica del Estado central. La escuela pública no sólo “argentinizó” a las masas de inmigrantes, también lo hizo con los mendocinos, salteños, cordobeses, santafesinos.

En nuestro país, quien inició esta política cultural fue Bartolomé Mitre, el primer presidente del Estado central unificado y también el primer historiador argentino. Fue Mitre quien dio a las figuras de San Martín y Belgrano la estatura de próceres nacionales, de verdaderos prototipos del ser argentino.

Surgió así una enseñanza de la Historia de tipo narrativa, basada en la gesta de grandes héroes y personajes, una Historia de características épicas.

Ciertos dispositivos fueron decisivos para el logro de estos objetivos:

- Crear un origen mítico: “el 25 de mayo de 1810 nació la Patria”. Falacia: porque la Nación argentina no existía en 1810. Sí otros tipos de identidad: americana, provincial y rioplatense. Esto supuso silenciar otras identidades: indígenas, afrodescendientes.

- Uso de símbolos: Bandera, Himno, escarapela. Por eso esta faceta de la vida de Manuel Belgrano es la que enfatiza la historia mitrista: militar, creador de la Bandera

- Relatos: Sujetos individuales, iluminados, con ideas y metas claras. Se anula el colectivo mayor al que pertenecían, se los descontextualiza.

- Iconografías patrióticas: Actitudes victoriosas. Se anula el conflicto. La mayoría de los retratos se realiza a finales del siglo XIX y son funcionales a este proyecto.

- Rituales patrióticos reducidos al ámbito escolar: efemérides. Antes, las fiestas mayas y julias tenían un corte marcadamente popular. Tras el proyecto de organización nacional, quedaron relegadas a la escuela.

La pregunta es: Hoy, en el siglo XIX, ¿tiene sentido enseñar esta Historia?

La historia y su enseñanza

Formularse estas preguntas y reflexionar sobre esto no supone que salgamos a derribar mitos. Porque el mito tiene una función cohesiva para la comunidad. (El historiador Gabriel Di Meglio sostiene que nuestro mito fundacional no es tan malo. Se puede decir mucho en contra pero todavía no tenemos con qué reemplazarlo. Y hacerlo, no es tarea sólo de la escuela). El mito está, lo que se necesita es incluir:

- Complejidad y multicausalidad: Por eso es difícil enseñar CS. Error: creer que va a ser más fácil para el chico si simplifico el relato. Con esto, abono una característica del pensamiento infantil (pares de opuestos: buenos y malos). La responsabilidad de la escuela es aportar grises.

- Conflicto: inherente a la vida social. No es en sí mismo negativo, lo que sí existen son formas distintas de resolverlo: diálogo, guerra, negociación, etc. Explicitarlo en el trabajo con los alumnos: incluir el sufrimiento y las muertes al abordar las guerras.

- Distintas dimensiones de análisis (a partir de 2º ciclo)

Estrategias para encarar el trabajo en este sentido, en este 2012:

- Pensar en nuevos sujetos: mujeres, niños, trabajadores, pueblos originarios, afrodescendientes, etc. Ejemplo: Noticia: “Niña mapuche jura la Bandera mapuche en Río Negro

- No limitar la construcción de la historia a sujetos individuales: incluir a los colectivos sociales. Idea de que la Historia la hacemos todos.

- Buscar en la Cdad de Bs. As, huellas de Belgrano: monumentos (¿cómo lo muestran?), colegio donde estudión, la Iglesia donde se casaron sus padres, etc.

- Rescatar otros costados de la figura de Belgrano: economista, educador, periodista, militar, político. Cómo se involucró con los aconteceres de su tiempo: ¿Por qué un abogado/político se convirtió en militar? ¿Qué tipo de militar fue? Por ejemplo, trabajar el concepto que Belgrano tenía de guerra (Éxodo jujeño)

- Pensar los cambios en el pensamiento de Belgrano, por ejemplo, su postura monárquica ante el tema de la organización nacional.

- Incluir otros relatos, otras narraciones: película de Campanella, Zamba (personaje de Paka paka,

- Repensar los rituales en la escuela: ¿Qué hacemos con los actos? ¿Cuál es el sentido de la Promesa de Lealtad a la Bandera? ¿Por qué no incluir otros símbolos?

¡Estamos de vuelta!

Nos reencontramos tras las vacaciones que, como todos los años, tienen sabor a poco, ¿no?
Tenemos por delante la renovada oportunidad de desplegar proyectos e ideas y hacer que nuestra tarea valga la pena.

Como dijo Patricia Valli en su saludo inicial:

"Les auguro un año renovado, auspicioso y generoso en el encuentro educativo. ... (a quienes) tienen por delante la esperanza de la vida que crece."

¡Bienvenidos!