lunes, 26 de marzo de 2012

Reuniones 1º y 2º ciclo: REUNIÓN DE PADRES

En el próximo encuentro, acordaremos algunas cuestiones respecto de la próxima reunión de padres. Graciela y Alejandra elaboraron un detalle de los temas que van a desarrollar durante el encuentro. Como puede ser de utilidad para todas, lo compartimos.

Reunión de Padres

PRIMERA PARTE

ü Presentación de los docentes y familia nueva.

ü Presentación breve de los docentes especiales que participan.

ü Luego de las presentaciones formales, palabras de los docentes de grado.

SEGUNDA PARTE

Temas prácticos:

ü Importancia de la escuela y el trabajo de equipo, tanto entre los alumnos entre sí, como entre padres y docentes; como entre padres, docentes y alumnos. Padres del Instituto.

ü Trabajar en conjunto. Trabajar en conjunto para la formación de los niños, teniendo en cuenta sus características de la edad y personalidad de cada uno.

ü Comunicación con el docente, recurrir al mismo para cualquier inquietud que se presente.

ü Importancia del cuaderno de comunicados. El mismo debe estar forrado con plástico y previamente etiquetado. Cuaderno de comunicados, su importancia: leerlo; llegadas tarde, observaciones a la conducta, menciones y distinciones, lectura rápida de algunas páginas, firmar las notas enviadas por el Instituto es notificarse. El cuaderno de comunicados es un documento.

ü Nueva hoja de notas por materia. Sirve para ir teniendo un panorama del rendimiento del alumno en su evaluación del bimestre.

ü Concurrencia a las entrevistas solicitadas por los docentes.

ü Participación en la organización de eventos del Colegio y de Proyectos Institucionales y, o comunitarios.

ü Asistencia a clase. Debemos tratar que los niños no falten a clase o si lo hacen lo menos posible; por enfermedad. ¿Qué pasa si falta? Debe pedir las tareas. Quedando exento, por supuesto, si faltó por enfermedad.

ü Carpetas de clase, tendremos 2 carpetas: una de Matemática y Ciencias Sociales y otra de Lengua y Ciencias Naturales. Las hojas deben tener el nombre y apellido escrito o sellado, en la última parte se colocan hojas de colores para Trabajos prácticos que se realicen en clase.

ü Tareas diarias (todos los días hay tarea) y la importancia de su cumplimiento. El cumplimiento se evalúa mes a mes, según nota enviada en el cuaderno de comunicados. Las tareas se resuelven en la carpeta a continuación de las actividades realizadas en clase; salvo que se soliciten en hoja a parte, para evaluar. Pedir las tareas si faltó a clase. Las tareas que se mandan no se anotan en la carpeta sino en la agenda escolar.

ü Uso de la Agenda Escolar. Consultarla siempre ya que allí se anotan las tareas, se enseña a los alumnos a habituarse a utilizarla, para consulta. Tratar de incorporar su uso para todas las materias.

ü Importancia de la ejercitación diaria y personal para las evaluaciones y la práctica diaria.

ü Cuaderno borrador universitario. En él deben ejercitar todos los días, no en hojas separadas o distintos borradores. Se explica que es una herramienta necesaria para demostrar que “en realidad” se ejercitaron los contenidos a evaluar.

ü Ortografía. Se les da tiempo para corregir la ortografía del pizarrón, y tildar los ejercicios realizados. Se explica cómo se le hace notar al alumno la ortografía de las palabras, se escribe una palabra en el pizarrón.

ü Trabajos prácticos. Los mismos se apoyarán en el libro de Ciencias. Se harán con dedicación y prolijidad, consultando el libro de estudio, cualquier otra enciclopedia sobre el tema o bien en Internet. Al final del mismo, y después de leer lo escrito escribirá la versión final, aplicando alguna Técnica de Estudio aprendida.

ü Colaboración de los padres para ayudar a sus hijos a organizarse y tener tiempo a fin de ejercitar o prepararse para cumplir, porque ellos sufren cuando “no pueden hacerlo”, teniendo en cuenta que nos estamos preparando para 7mo. y primer año de la secundaria.

ü Técnicas de estudio dirigido, se implementarán para “ayudar a estudiar”, en forma independiente. Trabajaremos con resaltadores de colores, que los alumnos utilizarán en las fotocopias.

ü Fichas de Matemática – Ciencias Sociales ; Lengua – Ciencias Naturales. Libro de ciencias 6to. y sus correspondientes organizadores de estudio, libro de Lengua 6to. con su Guía de trabajo, Puntos Clave y Cuento Literario. Explicación de los libros de 7mo.

ü Proyecto de Valores “Aprender a Ser y a Vivir Juntos” iniciado durante la primera semana de clase que trabajaremos todo el año. Conversamos acerca de cómo debemos comportarnos en la clase, entre los compañeros, en los recreos, en los pasillos, en la Dirección, en la Biblioteca, etc. Siempre vamos a volver sobre el Proyecto cuando lo consideremos, cuando las relaciones sociales e interpersonales lo requieran.

CONCLUSIÓN

ü Enfocar los trabajos que realizaremos con

q Alegría

q Entusiasmo.

q Esfuerzo

q Tiempo.

ü Si los niños están contentos con lo que hacen, el éxito del aprendizaje, en parte, está asegurado.

Reuniones 2º ciclo: planificando la tarea

En los dos primeros encuentros conversamos sobre cuestiones diversas: algunas de índole organizativa, otras de carácter pedagógico. Pudimos acordar algunas cuestiones y otras quedaron planteadas para seguir profundizando.
- Día de la memoria: se sugiere una línea de trabajo, haciendo foco en que las diferencias no impiden construir la paz. El 1º ciclo trabajará la cuestión de la identidad. Ésta es otra línea posible.
- Día del veterano: Cada grado abordará el tema, haciendo foco en alguna de las líneas de trabajo propuestas en el material elaborado por el Ministerio de Educación para el nivel primario. Cada grado planificará la/s actividad/es a realizar.
- Hora de Biblioteca: Este año cada grado dispondrá de una hora de trabajo en Biblioteca. Se solicita revisar el horario y proponer un día y horario.
- Visita a la capilla: Se proponen alternativas para la visita, de acuerdo a la distrbución horaria de cada grado.
- Período de diagnóstico: Cada docente tiene oportunidad de ver el informe elaborado por la docente del año anterior. Se conversa acerca de los resultados de las pruebas, de las dificultades halladas y del seguimiento a realizar en cada caso, con intervención de la psicopedagoga.

Reuniones 1º ciclo: planificando la tarea

En los dos primeros encuentros conversamos sobre cuestiones diversas: algunas de índole organizativa, otras de carácter pedagógico. Con respecto a éstas últimas, pudimos acordar algunas cuestiones y otras quedaron planteadas para seguir profundizando.
- Período de diagnóstico: Cada docente tiene oportunidad de ver el informe elaborado por la docente del año anterior. Se conversa acerca de los resultados de las pruebas, de las dificultades halladas y del seguimiento a realizar en cada caso, con intervención de la psicopedagoga.
- Día de la memoria: A partir de la sugerencia y del material aportado por Alicia, aprovecharemos la fecha pautada en el calendario escolar para trabajar sobre la identidad. Cada grado planificará la/s actividad/es a realizar.
- Día del veterano: Cada grado abordará el tema, haciendo foco en alguna de las líneas de trabajo propuestas en el material elaborado por el Ministerio de Educación para el nivel primario. Cada grado planificará la/s actividad/es a realizar.
- Hora de Biblioteca: Este año cada grado dispondrá de una hora de trabajo en Biblioteca. Las docentes proponen el siguiente cronograma:
1º grado: miércoles 3º ó 4º hora
2º grado: martes 1º y 2º hora
3º grado: viernes 2º hora

martes, 20 de marzo de 2012

Reuniones Nivel Inicial:Planificando la tarea

En este primer encuentro conversamos sobre cuestiones diversas. Acordamos algunos temas y quedaron planteados otros, para definir en próximos encuentros.
- Reuniones con padres para la entrega del informe del período de inicio: 24 al 26 de abril.
- Entrega de los informes del período de inicio (por mail o pendrive): lunes 9 de abril
- Modalidad para los actos escolares: realizar un acto en forma conjunta con el resto de los niveles (este año, el Día de la Bandera) y organizar actividades para celebrar/recordar/recrear específicas para el Jardín. Algunas de ellas tendrán carácter interno, en tanto en otras se convocará a los padres.
- Proyecto "Bicentenario de la Bandera Nacional": ir pensando el eje o recorte a trabajar. En Sala de 3, Andrea comenta que pensaba hacer foco en la Bandera como símbolo. Valeria recuerda que los nenes de sala de 5, prepararon una gran bandera cuando estaban en sala de 3 y que puede recuperarse. Surge una idea a seguir elaborando para el acto: ingresar con la bandera y elementos con los colores patrios (remeras, gorros, etc.).
- Elección de los talleres a desarrollar: Andrea y Ale (Plástica), Vale e Inés (elaboración artesanal de juguetes), Ani y Eli (Literatura). Surge la idea de realizar los talleres con una temática en común (¿Fondo del mar?) y culminar con una muestra de los trabajos realizados (¿Ciencoval?). Para seguir pensando...
- Otras sugerencias:
1. Filmar y fotografiar las distintas actividades a realizar con los chicos para su eventual proyección a los padres.
2. Convocar a los padres para una obra teatral (día del niño?/ fin de año?). Se hará la propuesta en las reuniones de padres.

Tarea para el hogar: pensar en propuestas para los actos y definir el tema de los talleres

domingo, 18 de marzo de 2012

MENSAJE DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI PARA LA CELEBRACIÓN DE LA XLV JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 1 DE ENERO DE 2012

EDUCAR A LOS JÓVENES EN LA JUSTICIA Y LA PAZ

1. El comienzo de un Año nuevo, don de Dios a la humanidad, es una invitación a desear a todos, con mucha confianza y afecto, que este tiempo que tenemos por delante esté marcado por la justicia y la paz.

¿Con qué actitud debemos mirar el nuevo año? En el salmo 130 encontramos una imagen muy bella. El salmista dice que el hombre de fe aguarda al Señor «más que el centinela la aurora» (v. 6), lo aguarda con una sólida esperanza, porque sabe que traerá luz, misericordia, salvación. Esta espera nace de la experiencia del pueblo elegido, el cual reconoce que Dios lo ha educado para mirar el mundo en su verdad y a no dejarse abatir por las tribulaciones. Os invito a abrir el año 2012 con dicha actitud de confianza. Es verdad que en el año que termina ha aumentado el sentimiento de frustración por la crisis que agobia a la sociedad, al mundo del trabajo y la economía; una crisis cuyas raíces son sobre todo culturales y antropológicas. Parece como si un manto de oscuridad hubiera descendido sobre nuestro tiempo y no dejara ver con claridad la luz del día.

En esta oscuridad, sin embargo, el corazón del hombre no cesa de esperar la aurora de la que habla el salmista. Se percibe de manera especialmente viva y visible en los jóvenes, y por esa razón me dirijo a ellos teniendo en cuenta la aportación que pueden y deben ofrecer a la sociedad. Así pues, quisiera presentar el Mensaje para la XLV Jornada Mundial de la Paz en una perspectiva educativa: «Educar a los jóvenes en la justicia y la paz», convencido de que ellos, con su entusiasmo y su impulso hacia los ideales, pueden ofrecer al mundo una nueva esperanza.

Mi mensaje se dirige también a los padres, las familias y a todos los estamentos educativos y formativos, así como a los responsables en los distintos ámbitos de la vida religiosa, social, política, económica, cultural y de la comunicación. Prestar atención al mundo juvenil, saber escucharlo y valorarlo, no es sólo una oportunidad, sino un deber primario de toda la sociedad, para la construcción de un futuro de justicia y de paz.

Se ha de transmitir a los jóvenes el aprecio por el valor positivo de la vida, suscitando en ellos el deseo de gastarla al servicio del bien. Éste es un deber en el que todos estamos comprometidos en primera persona.

Las preocupaciones manifestadas en estos últimos tiempos por muchos jóvenes en diversas regiones del mundo expresan el deseo de mirar con fundada esperanza el futuro. En la actualidad, muchos son los aspectos que les preocupan: el deseo de recibir una formación que los prepare con más profundidad a afrontar la realidad, la dificultad de formar una familia y encontrar un puesto estable de trabajo, la capacidad efectiva de contribuir al mundo de la política, de la cultura y de la economía, para edificar una sociedad con un rostro más humano y solidario.

Es importante que estos fermentos, y el impulso idealista que contienen, encuentren la justa atención en todos los sectores de la sociedad. La Iglesia mira a los jóvenes con esperanza, confía en ellos y los anima a buscar la verdad, a defender el bien común, a tener una perspectiva abierta sobre el mundo y ojos capaces de ver «cosas nuevas» (Is 42,9; 48,6).

Los responsables de la educación

2. La educación es la aventura más fascinante y difícil de la vida. Educar –que viene de educere en latín– significa conducir fuera de sí mismos para introducirlos en la realidad, hacia una plenitud que hace crecer a la persona. Ese proceso se nutre del encuentro de dos libertades, la del adulto y la del joven. Requiere la responsabilidad del discípulo, que ha de estar abierto a dejarse guiar al conocimiento de la realidad, y la del educador, que debe de estar dispuesto a darse a sí mismo. Por eso, los testigos auténticos, y no simples dispensadores de reglas o informaciones, son más necesarios que nunca; testigos que sepan ver más lejos que los demás, porque su vida abarca espacios más amplios. El testigo es el primero en vivir el camino que propone.

¿Cuáles son los lugares donde madura una verdadera educación en la paz y en la justicia? Ante todo la familia, puesto que los padres son los primeros educadores. La familia es la célula originaria de la sociedad. «En la familia es donde los hijos aprenden los valores humanos y cristianos que permiten una convivencia constructiva y pacífica. En la familia es donde se aprende la solidaridad entre las generaciones, el respeto de las reglas, el perdón y la acogida del otro»[1].Ella es la primera escuela donde se recibe educación para la justicia y la paz.

Vivimos en un mundo en el que la familia, y también la misma vida, se ven constantemente amenazadas y, a veces, destrozadas. Unas condiciones de trabajo a menudo poco conciliables con las responsabilidades familiares, la preocupación por el futuro, los ritmos de vida frenéticos, la emigración en busca de un sustento adecuado, cuando no de la simple supervivencia, acaban por hacer difícil la posibilidad de asegurar a los hijos uno de los bienes más preciosos: la presencia de los padres; una presencia que les permita cada vez más compartir el camino con ellos, para poder transmitirles esa experiencia y cúmulo de certezas que se adquieren con los años, y que sólo se pueden comunicar pasando juntos el tiempo. Deseo decir a los padres que no se desanimen. Que exhorten con el ejemplo de su vida a los hijos a que pongan la esperanza ante todo en Dios, el único del que mana justicia y paz auténtica.

Quisiera dirigirme también a los responsables de las instituciones dedicadas a la educación: que vigilen con gran sentido de responsabilidad para que se respete y valore en toda circunstancia la dignidad de cada persona. Que se preocupen de que cada joven pueda descubrir la propia vocación, acompañándolo mientras hace fructificar los dones que el Señor le ha concedido. Que aseguren a las familias que sus hijos puedan tener un camino formativo que no contraste con su conciencia y principios religiosos.

Que todo ambiente educativo sea un lugar de apertura al otro y a lo transcendente; lugar de diálogo, de cohesión y de escucha, en el que el joven se sienta valorado en sus propias potencialidades y riqueza interior, y aprenda a apreciar a los hermanos. Que enseñe a gustar la alegría que brota de vivir día a día la caridad y la compasión por el prójimo, y de participar activamente en la construcción de una sociedad más humana y fraterna.

Me dirijo también a los responsables políticos, pidiéndoles que ayuden concretamente a las familias e instituciones educativas a ejercer su derecho deber de educar. Nunca debe faltar una ayuda adecuada a la maternidad y a la paternidad. Que se esfuercen para que a nadie se le niegue el derecho a la instrucción y las familias puedan elegir libremente las estructuras educativas que consideren más idóneas para el bien de sus hijos. Que trabajen para favorecer el reagrupamiento de las familias divididas por la necesidad de encontrar medios de subsistencia. Ofrezcan a los jóvenes una imagen límpida de la política, como verdadero servicio al bien de todos.

No puedo dejar de hacer un llamamiento, además, al mundo de los medios, para que den su aportación educativa. En la sociedad actual, los medios de comunicación de masa tienen un papel particular: no sólo informan, sino que también forman el espíritu de sus destinatarios y, por tanto, pueden dar una aportación notable a la educación de los jóvenes. Es importante tener presente que los lazos entre educación y comunicación son muy estrechos: en efecto, la educación se produce mediante la comunicación, que influye positiva o negativamente en la formación de la persona.

También los jóvenes han de tener el valor de vivir ante todo ellos mismos lo que piden a quienes están en su entorno. Les corresponde una gran responsabilidad: que tengan la fuerza de usar bien y conscientemente la libertad. También ellos son responsables de la propia educación y formación en la justicia y la paz.

Educar en la verdad y en la libertad

3. San Agustín se preguntaba: «Quid enim fortius desiderat anima quam veritatem? - ¿Ama algo el alma con más ardor que la verdad?»[2]. El rostro humano de una sociedad depende mucho de la contribución de la educación a mantener viva esa cuestión insoslayable. En efecto, la educación persigue la formación integral de la persona, incluida la dimensión moral y espiritual del ser, con vistas a su fin último y al bien de la sociedad de la que es miembro. Por eso, para educar en la verdad es necesario saber sobre todo quién es la persona humana, conocer su naturaleza. Contemplando la realidad que lo rodea, el salmista reflexiona: «Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para que de él te cuides?» (Sal 8,4-5). Ésta es la cuestión fundamental que hay que plantearse: ¿Quién es el hombre? El hombre es un ser que alberga en su corazón una sed de infinito, una sed de verdad –no parcial, sino capaz de explicar el sentido de la vida– porque ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Así pues, reconocer con gratitud la vida como un don inestimable lleva a descubrir la propia dignidad profunda y la inviolabilidad de toda persona. Por eso, la primera educación consiste en aprender a reconocer en el hombre la imagen del Creador y, por consiguiente, a tener un profundo respeto por cada ser humano y ayudar a los otros a llevar una vida conforme a esta altísima dignidad. Nunca podemos olvidar que «el auténtico desarrollo del hombre concierne de manera unitaria a la totalidad de la persona en todas sus dimensiones»[3],incluida la trascendente, y que no se puede sacrificar a la persona para obtener un bien particular, ya sea económico o social, individual o colectivo.

Sólo en la relación con Dios comprende también el hombre el significado de la propia libertad. Y es cometido de la educación el formar en la auténtica libertad. Ésta no es la ausencia de vínculos o el dominio del libre albedrío, no es el absolutismo del yo. El hombre que cree ser absoluto, no depender de nada ni de nadie, que puede hacer todo lo que se le antoja, termina por contradecir la verdad del propio ser, perdiendo su libertad. Por el contrario, el hombre es un ser relacional, que vive en relación con los otros y, sobre todo, con Dios. La auténtica libertad nunca se puede alcanzar alejándose de Él.

La libertad es un valor precioso, pero delicado; se la puede entender y usar mal. «En la actualidad, un obstáculo particularmente insidioso para la obra educativa es la masiva presencia, en nuestra sociedad y cultura, del relativismo que, al no reconocer nada como definitivo, deja como última medida sólo el propio yo con sus caprichos; y, bajo la apariencia de la libertad, se transforma para cada uno en una prisión, porque separa al uno del otro, dejando a cada uno encerrado dentro de su propio “yo”. Por consiguiente, dentro de ese horizonte relativista no es posible una auténtica educación, pues sin la luz de la verdad, antes o después, toda persona queda condenada a dudar de la bondad de su misma vida y de las relaciones que la constituyen, de la validez de su esfuerzo por construir con los demás algo en común»[4].

Para ejercer su libertad, el hombre debe superar por tanto el horizonte del relativismo y conocer la verdad sobre sí mismo y sobre el bien y el mal. En lo más íntimo de la conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz lo llama a amar, a hacer el bien y huir del mal, a asumir la responsabilidad del bien que ha hecho y del mal que ha cometido[5].Por eso, el ejercicio de la libertad está íntimamente relacionado con la ley moral natural, que tiene un carácter universal, expresa la dignidad de toda persona, sienta la base de sus derechos y deberes fundamentales, y, por tanto, en último análisis, de la convivencia justa y pacífica entre las personas.

El uso recto de la libertad es, pues, central en la promoción de la justicia y la paz, que requieren el respeto hacia uno mismo y hacia el otro, aunque se distancie de la propia forma de ser y vivir. De esa actitud brotan los elementos sin los cuales la paz y la justicia se quedan en palabras sin contenido: la confianza recíproca, la capacidad de entablar un diálogo constructivo, la posibilidad del perdón, que tantas veces se quisiera obtener pero que cuesta conceder, la caridad recíproca, la compasión hacia los más débiles, así como la disponibilidad para el sacrificio.

Educar en la justicia

4. En nuestro mundo, en el que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, más allá de las declaraciones de intenciones, está seriamente amenazo por la extendida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de utilidad, del beneficio y del tener, es importante no separar el concepto de justicia de sus raíces transcendentes. La justicia, en efecto, no es una simple convención humana, ya que lo que es justo no está determinado originariamente por la ley positiva, sino por la identidad profunda del ser humano. La visión integral del hombre es lo que permite no caer en una concepción contractualista de la justicia y abrir también para ella el horizonte de la solidaridad y del amor[6].

No podemos ignorar que ciertas corrientes de la cultura moderna, sostenida por principios económicos racionalistas e individualistas, han sustraído al concepto de justicia sus raíces transcendentes, separándolo de la caridad y la solidaridad: «La “ciudad del hombre” no se promueve sólo con relaciones de derechos y deberes sino, antes y más aún, con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión. La caridad manifiesta siempre el amor de Dios también en las relaciones humanas, otorgando valor teologal y salvífico a todo compromiso por la justicia en el mundo»[7].

«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados» (Mt 5,6). Serán saciados porque tienen hambre y sed de relaciones rectas con Dios, consigo mismos, con sus hermanos y hermanas, y con toda la creación.

Educar en la paz

5. «La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad»[8].La paz es fruto de la justicia y efecto de la caridad. Y es ante todo don de Dios. Los cristianos creemos que Cristo es nuestra verdadera paz: en Él, en su cruz, Dios ha reconciliado consigo al mundo y ha destruido las barreras que nos separaban a unos de otros (cf. Ef 2,14-18); en Él, hay una única familia reconciliada en el amor.

Pero la paz no es sólo un don que se recibe, sino también una obra que se ha de construir. Para ser verdaderamente constructores de la paz, debemos ser educados en la compasión, la solidaridad, la colaboración, la fraternidad; hemos de ser activos dentro de las comunidades y atentos a despertar las consciencias sobre las cuestiones nacionales e internacionales, así como sobre la importancia de buscar modos adecuados de redistribución de la riqueza, de promoción del crecimiento, de la cooperación al desarrollo y de la resolución de los conflictos. «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios», dice Jesús en el Sermón de la Montaña (Mt 5,9).

La paz para todos nace de la justicia de cada uno y ninguno puede eludir este compromiso esencial de promover la justicia, según las propias competencias y responsabilidades. Invito de modo particular a los jóvenes, que mantienen siempre viva la tensión hacia los ideales, a tener la paciencia y constancia de buscar la justicia y la paz, de cultivar el gusto por lo que es justo y verdadero, aun cuando esto pueda comportar sacrificio e ir contracorriente.

Levantar los ojos a Dios

6. Ante el difícil desafío que supone recorrer la vía de la justicia y de la paz, podemos sentirnos tentados de preguntarnos como el salmista: «Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?» (Sal 121,1).

Deseo decir con fuerza a todos, y particularmente a los jóvenes: «No son las ideologías las que salvan el mundo, sino sólo dirigir la mirada al Dios viviente, que es nuestro creador, el garante de nuestra libertad, el garante de lo que es realmente bueno y auténtico [...], mirar a Dios, que es la medida de lo que es justo y, al mismo tiempo, es el amor eterno.

Y ¿qué puede salvarnos sino el amor?»[9]. El amor se complace en la verdad, es la fuerza que nos hace capaces de comprometernos con la verdad, la justicia, la paz, porque todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (cf. 1 Co 13,1-13).

Queridos jóvenes, vosotros sois un don precioso para la sociedad. No os dejéis vencer por el desánimo ante las dificultades y no os entreguéis a las falsas soluciones, que con frecuencia se presentan como el camino más fácil para superar los problemas. No tengáis miedo de comprometeros, de hacer frente al esfuerzo y al sacrificio, de elegir los caminos que requieren fidelidad y constancia, humildad y dedicación. Vivid con confianza vuestra juventud y esos profundos deseos de felicidad, verdad, belleza y amor verdadero que experimentáis. Vivid con intensidad esta etapa de vuestra vida tan rica y llena de entusiasmo.

Sed conscientes de que vosotros sois un ejemplo y estímulo para los adultos, y lo seréis cuanto más os esforcéis por superar las injusticias y la corrupción, cuanto más deseéis un futuro mejor y os comprometáis en construirlo. Sed conscientes de vuestras capacidades y nunca os encerréis en vosotros mismos, sino sabed trabajar por un futuro más luminoso para todos. Nunca estáis solos. La Iglesia confía en vosotros, os sigue, os anima y desea ofreceros lo que tiene de más valor: la posibilidad de levantar los ojos hacia Dios, de encontrar a Jesucristo, Aquel que es la justicia y la paz.

A todos vosotros, hombres y mujeres preocupados por la causa de la paz. La paz no es un bien ya logrado, sino una meta a la que todos debemos aspirar. Miremos con mayor esperanza al futuro, animémonos mutuamente en nuestro camino, trabajemos para dar a nuestro mundo un rostro más humano y fraterno y sintámonos unidos en la responsabilidad respecto a las jóvenes generaciones de hoy y del mañana, particularmente en educarlas a ser pacíficas y artífices de paz. Consciente de todo ello, os envío estas reflexiones y os dirijo un llamamiento: unamos nuestras fuerzas espirituales, morales y materiales para «educar a los jóvenes en la justicia y la paz».

Vaticano, 8 de diciembre de 2011

BENEDICTUS PP XVI


Notas

[1] Discurso a los Administradores de la Región del Lacio, del Ayuntamiento y de la Provincia de Roma, (14 enero 2011), L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (23 enero 2011), 3.

[2] Comentario al Evangelio de S. Juan, 26,5.

[3] Carta enc. Caritas in veritate (29 junio 2009), 11: AAS 101 (2009), 648; cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio (26 marzo 1967), 14: AAS 59 (1967), 264.

[4] Discurso en la ceremonia de apertura de la Asamblea eclesial de la diócesis de Roma (6 junio 2005): AAS 97 (2005), 816.

[5] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 16.

[6]Cf. Discurso en el Bundestag (Berlín, 22 septiembre 2011): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (25 septiembre 2011), 6-7.

[7] Carta enc. Caritas in veritate (29 junio 2009), 6: AAS 101 (2009), 644-645.

[8] Catecismo de la Iglesia Católica, 2304.

[9] Vigilia de oración con los jóvenes (Colonia, 20 agosto 2005): AAS 97 (2005), 885-886.


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